jueves, 19 de junio de 2014

La Ibagué de Pérez Salamanca



…en 9 tesis y unos versos…
La Ibagué de Pérez Salamanca[1] es…

  1. …la expresión de una obsesión por una ciudad.
  2. …la memoria viva de una mirada nostálgica.
  3. …la construcción de una prosa folclórica autóctona que se niega a dialogar con revisiones de estilo.
  4. … la intención primordial para tejer historias sobre una Ibagué múltiple.
  5. …el intento valiente y reiterado de escribir una ciudad.
  6. …el fracasó de mirarse y no encontrar otra forma de narrar el tejido urbano.
  7. …un compendió autoconsciente que acumula títulos para dejarle a alguien una Ibagué escrita.
  8. …la búsqueda de una identidad en una escritura tan memoriosa que resiente cualquier reinvención.
  9. …la cristalización de una toma de posición romántica que pone su ímpetu en la elaboración de constantes expresiones afectadas[2].   

Y ahora los versos sobre un corredor: “Carrera tercera, / por donde sube la primavera y bajan los inviernos, / jardín móvil de pétalos humanos”[3]. Estaciones inexistentes en estas latitudes son imagen para unos versos ciegos de paraísos, que ven flores donde hay palmas raquíticas; los versos aman su propia derrota, son cándidos al ver un mundo pastoril en medio de un ascensor caluroso a ninguna parte. Y el poema se extiende y se extiende… entonces lanza esta estampa sobre un hecho particular: “río de adoquines que el alcalde Jorge Tulio Rodríguez / en las auroras del segundo milenio estampó sobre su suelo / para que las divas regaran de fragancias la ciudad”[4]. Arriada entre adoquines, auroras, divas y el cacofónico nombre de un alcalde, la carrera tercera de este poema (quizá el único en su especie, al ser una oda específica a este espacio) confirma el retrato de pastores, mientras un encabezado de periódico anuncia: “A 10 años de cumplirse las obras depeatonalización de la carrera Tercera, el municipio no cuenta con presupuestopara su recuperación”. ¿Y dónde regarán fragancias las divas, si los pétalos que suben primaveras no alcanzan a tocar el suelo en su caída, cuando son congelados por inviernos presupuestales que bajan queditos, por la tercera, desde la alcaldía?

http://elpublicocperez.blogspot.com/
Camilo Pérez Salamanca es un escritor inevitable, fatal, malo a su modo, bueno a su modo, es símbolo de una triste prosa folclórica, pero también de una valentía ardua y memoriosa que fabrica historias. Contraposición manierista y amalgama barroca, su obra inconscientemente comprende el mestizaje pegajoso del original Metaima e hispánico Valle de las Lanzas. Con extrañeza romántica, sonrío y digo Pérez Salamanca es Ibagué.   



[1] Camilo Pérez Salamanca (1949- ) es un periodista y escritor tolimense, nacido en China Alta, vereda del municipio de Ibagué. Ha escrito más de una docena de libros (entre crónicas, cuentos,  poesías, ensayos),  en los que  Ibagué está como una obsesión constante.  Su escritura es una memoria viva y tiene la afectación del que parece leerse solo y se niega repensarse. Con todo, su obra es un valioso punto de referencia como escritura de ciudad y memoria de espacios.  
[2] Los juicios sintéticos que componen este punto tienen como sustrato teórico los conceptos de toma de posición y puesta en forma de Bourdieau. Para entender el concepto de “toma de posición” es necesario abordar una noción del concepto de campo: “El campo es una red relaciones objetivas (de dominación, de subordinación, de complementariedad o antagonismo, etc.) entre posiciones” (Bourdieu: 342). Los elementos composicionales del campo son las posiciones y las relaciones objetivas entre éstas. Justamente, esta clase de relaciones son las encargadas de definir las posiciones, ya que una posición se define por la clase de relaciones que tiene con el resto de posiciones del campo. Aquí entra el reparto de poder en el campo cuya dinámica legitima ciertas posiciones sobre otras. Hay entonces en el campo una lucha entre las distintas posiciones mediante relaciones objetivas para lograr una preponderancia en la dinámica del campo mismo.

Con respecto al campo literario, “A las diferentes posiciones  (que en un universo tan poco institucionalizado como el campo literario o artístico sólo se dejan aprehender a través de las propiedades de sus ocupantes) corresponden tomas de posición homólogas, obras literarias o artísticas evidentemente” (Bourdieu: 342-343). Según esto, en la dinámica del campo literario la lucha de las posiciones está dada por las propiedades mismas que se pueden aprehender en la obra artística concreta. Con todo, se intuye que si bien la toma de posición no es la obra misma en su materialidad, se puede rastrear, construir y analizar a partir a partir de las propiedades concretas de la obra.
En este orden de ideas “las tomas de posición (obras, manifiestos o manifestaciones políticas, etc.) que se pueden y deben tratar como un “sistema” de oposiciones para las necesidades del análisis, no son el resultado de una forma de acuerdo objetivo, sino el producto y el envite de un conflicto permanente.” (Bourdieu: 345). En la obra hay una toma de posición que ocupa una posición dentro del campo y de acuerdo a la propuesta y propiedades de la obra misma se entra en el juego de poder dentro del campo. Por supuesto, este sistema de relaciones puede generar conservación o transformación de acuerdo a las posiciones ocupadas y en lucha en un momento específico.
Todos los que penetran en el campo se ven sometidos a su mecánica de lucha entre las posiciones. En el espacio de las tomas de posición se puede en un momento determinado dar una trasformación radical. Esta estará dada por la preponderancia de una posición subversiva, la cual se impone al campo del poder de una posición legitimada. Por supuesto, esto tendrá como consecuencias, entre otras cosas, la apertura de una nueva gama de posibles dentro de las posiciones tomadas o por tomar.
El espacio de los posibles está entre las relaciones de las posiciones y las tomas de posición. Se presenta como la potencialidad de tomar una posición y la posición tomada, “el espacio de las tomas de posición realmente efectuadas tal y como se presenta cuando es percibido a través de las categorías constitutivas de un habitus determinado” (Bourdieu: 348). Resulta muy importante este aspecto en relación con lo comentando sobre la trasformación del campo, ya que es necesario que de alguna forma en estado potencial exista la un vacío estructural que pueda ser llenado por una posición subversiva.
Ahora bien, cuando se habla de una toma de posición efectuada o llevada a cabo se está hablando de llevar la toma de posición a un plano concreto material, es decir, hacer la obra artística en su materialidad. Esto se llamará de ahora en adelante “puesta en forma”, y es justamente lo que continuación explicaremos a partir del planteamiento de Bourdieu.
La toma posición a pesar de que ya está en un plano simbólico concreto aún no tiene una expresión concreta definida. Ésta está dada por la “puesta en forma”, que en el campo literario tiene su concreción a través de los espacios, los acontecimientos, el sistema de personajes, entre otras cosas. 

[3] Piel de la ciudad (2011) es un libro de poemas de Camilo Pérez Salamanca que resulta interesante para este trabajo, ya que los diferentes poemas tienen objetos diferentes espacios de la ciudad. Aquí se tomó el poema sobre la carrera tercera (25-27). Cf. Dos versos sobre la tercera, en el que se aborda otro poema sobre la tercera, pero en los versos de José Hilario Yepes

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