jueves, 19 de junio de 2014

Dos versos sobre la Tercera



Un paseante apurado pasa por aquí, quizá, sin mirar atrás. Otros han quedado atrapados, como en un bucle, en la repetición de las calles, en la experiencia de unas calles que no cesan.

Prendidos de estas calles, algunos consideran la fatalidad de la ciudad y sus fantasmas, algunos otros ven con ojos agridulces lo cultural e histórico del transcurrir; allí siempre hay alguien como experiencia y representación. Pero ahora solo recordaré un verso alfarero de un poeta de apellido Yepes, un cesarense que condensa una imagen de la carrera tercera en los versos: “ascensor: para subir y / bajar a ninguna parte”[1].  

Con sencillez y fuerza, esta imagen hecha de versos me deja encantado. Allí el encanto es ese momento en el que la palabra ascensor toca la calle en la cabeza de quien escucha el poema. Hay quien puede ver en ese contacto conversaciones a pedazos que suben y saludos efusivos que bajan, gritos indignados que suben y dineros públicos que bajan, olores rancios que con el calor suben y pequeñas lozas que desmoronadas bajan, un tránsito de cuerpos que sube y baja a ninguna parte. El ascensor, metáfora encontrada por un costeño que ha hecho de Ibagué su casa.    


Ver Ibagué en un mapa ampliado



[1] Ibagué, una ciudad en medio del sueño es una compilación de poemas del escritor José Hilario Yepes. Cada poema es un espacio de la ciudad en un temperamento estético (Cf. La Ibagué de Pérez Salamanca, en este trabajo); los poemas impactan como estampas, todo son breves y construyen una imagen del espacio modelado. Recordemos que la función poética está orientada hacia el MENSAJE. “Esta función, al promocionar la patentización de los signos, profundiza la dicotomía fundamental de signos y objetos” (Jackobson, 358). Esto, hasta cierto punto, le da a los signos el carácter de autoreferencialidad, ya que los signos no son las cosas y en algunos casos dejan de ser simplemente referentes de las cosas. Así que se busca estudiar la capacidad del “mensaje por el mensaje” (Jackobson, 358), es decir, la capacidad del signo en su propio universo referencial. Visto desde esta perspectiva, el conjunto las imágenes que construye Yepes es en sí mismo una cartografía poética; en el caso específico de la carrera tercera, la metáfora del ascensor emerge en su autorreferencialidad, para construir símbolo en su relación con el espacio concreto de la ciudad.  

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